A ello procedo: ¡Feliz año señores!.
Y cuidado, mucho cuidado, con el etílico y la Benemérita.
Más con el etílico que con la Benemérita.

Porque nunca pasa nada, y si algo pasase: nada se podría hacer para cambiarlo.
Santa María Quiegolani es un pequeño municipio Mexicano que no llega siquiera a los 2000 habitantes. En ese municipio se celebraron recientemente elecciones a la alcaldía del pueblo, presentándose dos candidatos: Eufrosina Cruz Mendoza y Eloy Mendoza Martínez. Este último pertenece a la oligarquía Mexicana que ostenta desde hace tiempo el poder. Al principio no se preocuparon mucho de la rival electoral dada la tradición de que el poder es cosa de hombres... pero he aquí que las mujeres también votan y esta vez decidieron votar a una de ellas. Viendo que la alcaldía del pueblo se le escapaba de las manos, a Eloy Mendoza no se le ocurrió nada mejor que anular las papeletas ya emitidas bajo la excusa de que "las mujeres fueron creadas para atender a los hombres, para cocinar y cuidar a los hijos, pero no para gobernar”.
Tras esto y diversas protestas vecinales Eufrosina decidió recurrir al Congreso de Oaxaca, lo que le supuso amenazas de muerte (“Vamos a callarte con balas”). Fue inútil, en el congreso de Oaxaca, estado al que pertenece el municipio, rechazaron tal recurso.
Eufrosia Cruz no se ha amilanado por todo esto, recientemente ha elevado una queja ante
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Aprovecho para llamar la atención sobre el hecho de que mientras que en un país musulmán como es Pakistán una mujer puede presentarse a la presidencia del país (fue asesinada, pero no por su condición femenina) en otro de tradición católica como es México parece que en algunas partes a las mujeres se las considera incapaces de llevar un pequeño pueblo. Tal vez aquellos maniqueos que dividen el mundo en "cristiano moderno y moderado" y "islamista fanático y anquilosado" deberían reconsiderar su postura y considerar que arcaísmos como la discriminación femenina no tienen sus raíces en la superestructura ideológica, sino que habría que buscarlas en un nivel más básico. Sirva también de ejemplo de esto el texto de Averroes que reproduzco más abajo y que demostraría que también en el Islam cabe la discrepancia filosófica, por mucho que el Corán esté escrito con letras doradas en el cielo moruno.
Esto supuesto, cuando el razonamiento filosófico nos conduce a establecer una tesis cualquiera sobre cualquier categoría ontológica, no cabe más que una de estas dos hipótesis: o que acerca de la tal tesis nada diga la revelación o que en la revelación esté contenida. En el primer caso, es evidente que no puede haber contradicción alguna entre la razón y la revelación divina; además, eso mismo sucede cuando el alfaquí formula decisiones jurídicas sobre casos de los cuales nada dice la revelación, induciéndolas de otros casos consignados en el texto, mediante el argumento llamado de analogía. En la segunda hipótesis, o sea, cuando la revelación contiene algún texto relativo a dicha tesis filosófica, hay que ver si el sentido literal del texto se conforma con ella o la contradice. Si se conforma, no hay cuestión; mas si la contradice, debe entonces buscarse la interpretación alegórica del texto revelado.
Extraído de "Los filósofos medievales", Fernández y Clemente, ed. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1980