lunes, 6 de agosto de 2007

El Presidente Pokarruina


Nada ha pasado hoy, o si ha pasado cual rey Jorge no me enterado. Por ello, e impelido por el aburrimiento, después de la vacuidad catódica toca dobleplusultra ración de éter con el presidente que se vende como un detergente. Hombre sin hombros que me disgusta incluso más que las inmundas pantallas murales.

No es su discurso de vendedor de tónicos carente de vínculo alguno con la realidad (eso que Bueno denomina tan acertadamente como Pensamiento Alicia); tampoco que su absurda prosa encuentre raíz en las armónicas metafísicas krausistas, tan tóxicas ellas. Ni siquiera justifico mi inquina hacia su persona con la comandita que parece conformar con esos residuos de la España profunda que son los nacionalistas periféricos. No, la repelencia que me transmite ese señor que, a juzgar por su masa muscular y capacidades intelectuales, sabe lo que es trabajar porque lo ha visto, es algo inconsciente que no puedo racionalizar.

Simplemente me cae gordo.

Así que pido a España toda que vuelva Aznarín.

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