sábado, 2 de agosto de 2008

Los árboles

Luego plantó Yahvé Dios un jardín en Edén, al oriente, donde colocó al hombre que había formado. Yahvé Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles deleitosos a la vista y buenos para comer, y en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

Y dijo a la mujer: «¿Cómo es que Dios os ha dicho: No comáis de ninguno de los árboles del jardín?» Respondió la mujer a la serpiente: «Podemos comer del fruto de los árboles del jardín. Mas del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: No comáis de él, ni lo toquéis, so pena de muerte.» Replicó la serpiente a la mujer: «De ninguna manera moriréis. Es que Dios sabe muy bien que el día en que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal.»

¡Resulta que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues, cuidado, no alargue su mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre.» Y lo echó Yahvé Dios del jardín de Edén, para que labrase el suelo de donde había sido tomado. Tras expulsar al hombre, puso delante del jardín de Edén querubines, y la llama de espada vibrante, para guardar el camino del árbol de la vida.

3 comentarios:

Evocid dijo...

El del árbol del conocimiento es un episodio muy recurrente. Le sirvió a Nietzsche para hacer una descarnada crítica al "tipo Dios" cristiano como alguien que se equivocó profundamente con el hombre. También a Pío Baroja para escribir una excelente novela, "el árbol de la ciencia" (que sin embargo no aconsejo leer a quien tenga algún problema de depresión).

Sin embargo, por alguna razón que se me escapa, no se habla tanto del árbol de la vida, que está ahí esperando a que pasemos las pruebas y, comiendo de él, nos hagamos definitivamente iguales a los dioses. ¿El fin del hombre es éste, alcanzar dicho árbol?, ¿o más bien la historia del hombre se asemeja al mito de Sísifo, condenado a llevar una pesada roca hasta la cumbre de una montaña, de donde volvería a caer, y teniendo que volver a subirla para toda la eternidad?

¿Es el árbol de la vida la salvación o la condena?

Faisotes dijo...

Sí, lo que conoce la gente es la historia de cómo Adán y Eva fueron tentados y comieron del árbol, pero casi nadie sabe que había dos árboles y cuáles eran. Aparte de lo que puedan significar cada uno de ellos, son interesantes algunas preguntas que surgen de la lectura del génesis y sus posibles interpretaciones.

Por ejemplo, ¿por qué no quería dios que llegáramos a ser como ellos? ¿Por qué dice Dios "ha venido a ser como uno de nosotros"? ¿Se refiere a él y a los ángeles o a iguales suyos? ¿Por qué era necesario poner explícitamente querubines para proteger la entrada? ¿Qué era la llama de la espada vibrante?

Pues bien, para responder a estas preguntas se pueden encontrar interpretaciones de lo más variopintas, desde literales a aquéllas que incluyen extraterrestres. Que cada uno escoja la que más le guste.

Montag dijo...

El árbol de la vida para un servidor simboliza la tradición. Es un símbolo de todo aquello que la experiencia ha demostrado válido para articular una sociedad. Representa los dogmas morales; el conocimiento no racionalizado.

El árbol de la ciencia: los nuevos caminos que se nos abren gracias a la razón; gracias al análisis de la realidad. Ese árbol representa la autonomía del hombre alcanzada gracias a su intelecto razonador.

Yo creo que esos dos árboles están divinamente representados (y nunca mejor dicho) por la Iglesia y la masonería respectivamente.

También creo que la alegoría más bella que se haya hecho jamás al respecto es la de Tolkien. Alegoría que, además de bella, es erudita.

También pienso que de los frutos de los dos hemos de comer. Ambos hemos de probar aunque bien es cierto que es el árbol de la vida el que sana, como yo bien sé, a las naciones.

Porque sé si sabréis que el Eclesiatés es mi libro. Y el árbol de la vida: mi árbol.

Saludos.