lunes, 8 de marzo de 2010

En todos los sitios pasa


Eso ha sentenciado el titiricejo Miguelito Bosé al respecto de la represión en Cuba: que en todos los sitios pasa. De lo que se deduce que...

En todos los sitios hay dictadura.

En todos los países encarcelan a gente por firmar manifiestos a favor de la democracia.

En todos los lugares del orbe la gente se entretiene jugándose la vida con los tiburones para abandonar su dictadura y sufrir la vecina.

En todas las naciones todos los medios de comunicación son directamente dependientes del gobierno dictatorial.

En todas esas naciones el sueldo de un trabajador se limita a unos misérrimos 20 dólares mensuales.

Esto en todo el mundo ocurre. Palabrita de Miguelito el cantarín, que es como la palabrita del niño Jesús en Galilea. Claro que, aunque ocurra en todo el mundo, el susodicho cantarín donde echó unos lagrimones fue en La Habana y no en Madrid. Fue en Cuba donde el autoproclamado soldado de la paz rompió a gimotear al sufrir las exigencias propagandísticas del gobierno dictatorial cubano...


Ergo si llora por semejante necedad ni imaginarme quiero lo que pasaría con Miguelito Bosé de sufrir el titiricejo la penosa existencia de los esclavos de Castro.

Señores: esto es la izquierda hispana. Gentes sin chaveta tan sectarias y miserables como para disculpar las atrocidades de los tiranos de izquierdas generalizándolas de la forma más surrealista posible.

Pero es que son completamente GILIPOLLAS. Y al video, y a las continuas declaraciones de Miguelito Bosé y de otros débiles mentales de su cuerda, me remito.


2 comentarios:

lluvya dijo...

Pero ¿por qué le das valor a las declaraciones de un mediocre "famosillo" y pésimo cantante?

Si fuera un erudito en materia política, lo entendería, pero siendo quien es, no merece ningún reconocimiento que pase de la mera anécdota.

Kiss :)

Montag dijo...

Pues porque no es uno, sino que son muchos. Y muchos muy seguidos.

Y todos esos muchos se dedican a la agit-prop roclamándose adalides de la virtud y de la intelectualidad cuando en realidad son unos miserables zoquetes.

Lenin los llamaba 'tontos útiles'. Tontos útiles que, según Gramsci, garantizan la 'hegemonía cultural'. Y es que esos bobos famosetes ayudan a la reprogramación de valores. Facilitan pasar por normal la anormalidad que conviene a los totalitarios de las izquierdas.

P.D.

Kisses for you too.

;)